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Tradicionalmente, el valor de una empresa radicaba en su capacidad de hacer y su competitividad se asociaba a los recursos materiales. Sin embargo, en los últimos años, el valor empresarial se mide por otras variantes, ya que ha pasado de basarse principalmente en variables materiales a centrarse en el ‘saber hacer’ o ‘know how’. En este valor intangible se engloban una serie de elementos que diferencian y posicionan a la empresa: marca, reputación corporativa, ética empresarial, responsabilidad social corporativa, buen gobierno, capital humano, capital organizativo o capital tecnológico, entre otros.
En 2013, el riesgo reputacional pasó a situarse en la posición nº 1 en el ranking de riesgos estratégicos al que se enfrentan las organizaciones, y el 87% de los directivos mundiales lo consideran el principal riesgo a gestionar, dato que indica la importancia creciente de esta área en las empresas y en la agenda de sus principales ejecutivos.
Estamos atravesando un momento histórico caracterizado por la pérdida de confianza generalizada, donde la gestión de la reputación corporativa y de los intangibles se ha convertido en un asunto de gran relevancia para las empresas e instituciones. Por ello, la gestión de los riesgos empresariales discurren cada vez más por la senda de los intangibles.
Un dato muy relevante y esclarecedor: según los últimos estudios, el 80% del valor total de una organización reside en sus intangibles frente a lo que ocurría hace unas décadas, cuándo sólo representaban el 20% de ese valor agregado.
En Talasegur Gestión del Riesgo Empresarial somos especialistas en la realización de itinerarios específicos para minimizar el riesgo en el ámbito de los intangibles.
Un simple análisis de cuáles son las actividades que pueden estar generando conocimiento dentro de una empresa, distinción en el mercado, notoriedad o aportando valor de manera diferente a la competencia, permite identificar qué actividades de la compañía pueden ser susceptibles de estar generando activos intangibles.
A partir de este mapa, que integra la mejor forma de identificar y poner en valor aquellas actividades que estén generando conocimiento dentro de la empresa, se puede acometer una serie de medidas que, desde el registro y protección de los intangibles, permitan una revisión del valor de los mismos y de su reflejo contable, así como optimizar fiscalmente el proceso de creación y explotación de los activos intangibles pudiendo, en un segundo estadio, llegar a ajustes en los procesos y modelos de negocio.
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