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Dentro de la gestión del riesgo empresarial, el medioambiente está cobrando gran relevancia gracias a sus beneficios en la cuenta de resultados, la prevención de riesgos y la gestión de la reputación de la empresa a través de la responsabilidad social corporativa.
Por este motivo la auditoría medioambiental es un instrumento clave en la gestión, ya que permite analizar cuáles son los efectos que provoca la actividad de la empresa sobre su entorno natural. Creada en Estados Unidos a finales de los años 70, en nuestro país está avalada por la Norma ISO 14.001 y comprende una evaluación documentada, periódica, sistemática y objetiva de la eficacia de la empresa en la protección del medioambiente. Su aplicación permite no sólo garantizar el cumplimiento de la normativa medioambiental, sino ganar ventaja competitiva frente a la competencia al conseguir mayor transparencia y optimizar la toma de decisiones para reducir costes, detectar riesgos potenciales y cumplir con la sociedad.