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El riesgo comercial se define como la probabilidad que existe de que las ventas de la empresa no permitan cubrir los gastos estructurales, como consecuencia de que el cliente no paga las mercancías o el servicio recibido, y pueden ser de dos tipos: de hecho, cuando el impago es por morosidad prolongada, o de derecho, cuando el cliente se declara en quiebra, suspensión de pagos o intervención judicial.
En la actualidad, la gestión del riesgo comercial en las empresas se ha convertido en una de las tareas de mayor importancia, debido al impacto negativo que tiene la morosidad y la falta de liquidez sobre la actividad comercial.
Ahora bien, ¿cómo puede actuar una empresa para evitar este peligro?
En primer lugar hay que estudiar al cliente, observando cuál es su capacidad de pago a través de la solvencia que posee la empresa. Una vez evaluada, si todavía persiste el peligro de impago, podemos garantizar el cobro de nuestras facturas contratando alguno de los productos que ofrecen las entidades de crédito y caución.
En Talasegur ayudamos a las pymes a analizar la capacidad de pago de sus clientes y proveedores y, al mismo tiempo, monitorizar de manera periódica las variaciones que se produzcan.